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Clasificación de las enfermedades, o trastornos, mentales

Desordenes Mentales o Trastornos Psicológicos: son la condición mental en la que se muestran alterados los procesos cognitivos y afectivos del desarrollo, esta se considera anormal en relación con el grupo social donde se desenvuelva el individuo, estos están relacionados con el cambio de carácter y emociones, pero también pueden ser Congénitas las tienen una patología especifica con signos y síntomas, Genéticos y hereditarios.
Congénitas: Son las producidas por trastornos en el desarrollo embrionario durante el embarazo por causas diversas (rubéola, sífilis, herpes, toxoplasmosis, alcohol, tabaco), por factores del medio ambiente (radiaciones) o durante el parto
GenéticasSon las producidas por daños a nivel de los genes o de los cromosomas. Se ven afectados los sistemas nervioso (síndrome de Down), respiratorio (asma), digestivo (diabetes tipo 1, cáncer), visuales (daltonismo) y la sangre (hemofilia, leucemia linfoide). Por otra parte, pueden dar lugar a la aparición de cáncer en diversos órganos. Las enfermedades genéticas pueden o no ser heredables. Cuando se heredan se las denomina enfermedades hereditarias.
Hereditarias: Es un conjunto de enfermedades genéticas que se transmiten a la descendencia, aunque no necesariamente se observan al nacer. Además, estas enfermedades pueden o no manifestarse a lo largo de la vida del individuo (diabetes, cáncer de mamas).
Existen varias maneras de referirse a las enfermedades mentales entre los cuales se encuentran los llamados Desordenes Mentales entre los que se hallan, los psicológicos, psiquiátricos, problemas mentales, etc.
Hay numerosas maneras de clasificar las enfermedades mentales, las cuales pueden ser con mayor o menor gravedad tanto en lo individual como en lo social; una clasificación clásica es la de: Trastornos Neuróticos y Trastornos Psicóticos.
  • Trastornos neuróticos: trastornos depresivos, de ansiedad, disociativos (de personalidad múltiple), sexuales (fetichismo, masoquismo) y del sueño (insomnio), sin una alteración orgánica demostrable (según la OMS)
  • Trastornos psicóticos: incluye estados de esquizofrenia, delirios y alucinaciones, así como los estados producidos por ciertas enfermedades o sustancias que entran en el organismo.
Como ya se expuso anteriormente, algunas enfermedades como la que producen estados psicóticos tienen algunas similitudes, pero cumplen con diferentes criterios, igualmente y de ninguna manera se deben equivocar términos como la psicopatía con los estados psicótico.

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Desorden de identidad de la integridad corporal


El trastorno de identidad de la integridad corporal o BIID (sigla de Body Integrity Identity Disorder) es una enfermedad psiquiátrica que provoca en el individuo afectado un irresistible deseo por amputarse una o más extremidades sanas del cuerpo. Los nombres más recientes de este trastorno han reemplazado el de apotemnofilia, debido a la creciente convicción de que esta enfermedad no es una parafilia.
Una persona que sufre de BIID desea tener amputadas una o más de sus extremidades. Este trastorno no debería confundirse con la acrotomofilia, que es el deseo sexual por alguien que ya tiene algún miembro amputado. Dentro de la comunidad BIID, los acrotomófilos son llamados "devotos". De todos modos, parece haber alguna relación entre los dos desórdenes, habiendo individuos que padecen ambos.
Aunque la definición oficial del "desorden de identidad de la integridad corporal" precisa que es sólo el deseo de amputación, el Dr. Michael B. First concuerda en que la enfermedad podría incluir la necesidad de otros impedimentos, como la paraplejía. Evidencia anecdótica demuestra que un gran porcentaje de personas con BIID necesita sufrir de distintas discapacidades. Para confirmar esto, el Dr. First comenzó un estudio en abril de 2007 como seguimiento a su investigación realizada para la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Si se descubre que la principal motivación de los pacientes con BIID es tener alguna discapacidad, este trastorno podría considerarse como una forma del síndrome de Munchausen.
En la actualidad, pocos cirujanos cumplirán los deseos de las personas con trastorno de identidad de la integridad corporal. Algunos de estos actúan como si fueran verdaderos amputados, usando prótesis y otras herramientas que ayudan a calmar sus ansias de invalidez. Otros, que realmente se han amputado algún miembro, han llamado a los medios de comunicación para conceder entrevistas telefónicas. En estos testimonios se narra cómo algunas personas han permitido, por ejemplo, que un tren pase sobre ellos, o que han dañado sus extremidades tan severamente que los médicos no tienen otra opción que cercenarlas. A menudo, la obsesión se centra en un solo miembro. No obstante, el trastorno de identidad de la integridad corporal no conlleva solamente la amputación: se trata de alterar significativamente la integridad del cuerpo. Algunas personas sienten el deseo de convertirse en paralíticasciegassordas, o usar dispositivos ortopédicos. Otros fingen ser amputados al utilizar muletas y sillas de ruedas en la vía pública o en sus hogares.
Las causas exactas del trastorno de identidad de la integridad corporal son desconocidas. Una teoría plantea que un niño, después de ver a un amputado, puede quedar con su psique marcada y adopta aquella imagen corporal como un "ideal". Otra teoría popular sugiere que un infante que no se siente querido puede creer que convirtiéndose en un amputado atraerá la simpatía y el cariño que necesita. La teoría biológica propone que el desorden es una condición neuropsicológica, la cual presenta una anomalía en la corteza cerebral relacionada con las extremidades. Si esta condición fuera neurológica, podría ser conceptualizada como una clase congénita de somatoparafrenia, una condición que a menudo se origina después de una apoplejía en el lóbulo parietal. Un mal funcionamiento en el lado derecho de esta zona —que es significativamente más pequeña en los hombres— podría potencialmente explicar no sólo porqué los varones son más propensos a sufrir este trastorno, sino porque los miembros del lado izquierdo son los que se desean amputar en mayor cantidad (el lado derecho del cerebro controla el lado izquierdo del cuerpo y viceversa). Si la condición es similar a la somatoparafrenia, podría tener la misma "cura": la estimulación calórica vestibular, es decir, la aplicación de agua fría en el oído derecho del paciente.
A pesar de que la gente con BIID es comúnmente considerada psicópata, un diagnóstico de psicosis excluye un diagnóstico de trastorno de identidad de la integridad corporal.
Los enfermos con BIID se sienten incompletos con sus cuatro extremidades y se sienten aliviados tras la amputación. Saben exactamente qué parte de qué miembro debe ser cercenada para calmar su sufrimiento. El pedido más común es la amputación sobre la rodilla de la pierna izquierda. Los enfermos sienten una profunda envidia hacia la gente amputada y perciben los síntomas antes mencionados como extraños y anormales. Se sienten solos con estos pensamientos y creen que nadie podría entender sus impulsos. Por lo general sienten vergüenza de sus ideas e intentan ocultarse del resto, incluso de los terapeutas y profesionales de la salud. Desde el psicoanálisis, una compulsión a dañarse el cuerpo o cercenarse una parte remite necesariamente a lo que se denomina como "castración", una operación fundamental por la que atraviesa todo sujeto y que se efectúa a nivel simbólico. La denegación de la castración simbólica es lo que marca el salto a lo real del cuerpo, por eso se trata en general de estructuras ligadas a la psicosis, en ocasiones a la perversión.

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Tricotilomanía


La tricotilomanía es un hábito o comportamiento recurrente e irresistible dirigido a arrancarse el propio cabello o los vellos de distintas zonas del cuerpo. Puede definirse como un trastorno de la conducta que puede llegar a manifestarse en un arrancamiento compulsivo del pelo, produciendo desde pequeñas pérdidas de cabello hasta calvicie severa. El término fue acuñado por el dermatólogo francés François Henri Hallopeau. Se trata de un padecimiento comúnmente crónico y difícil de tratar.
La tricotilomanía puede presentarse en niños, pero la edad clave del padecimiento es entre los 9 y 13 años. Su desarrollo puede estar influido por depresión o estrés. Dadas sus implicaciones sociales, dicho trastorno no suele reportarse, lo que dificulta predecir su prevalencia con precisión. El sujeto se arranca pelo a pelo, principalmente de la cabeza, aunque dicho antes puede actuar también sobre distintas partes del cuerpo como cejas, pestañas, barba, axilas o vello púbico. También puede llegar a relacionarse con la tricofagia, que consiste en el hábito de mascar o ingerir el cabello, produciendo obstrucciones severas (tricobezoar) en el aparato digestivo. Este mal lo sufren 4% a nivel mundial.
La tricotilomanía se define como una pérdida autoinducida y recurrente del cabello. En el manual DSM-IV está clasificada como un trastorno del control de impulsos junto con la piromanía, la lupe y la cleptomanía, ya que el paciente sufre una sensación de tensión antes de arrancarse el cabello y una gratificación o alivio una vez que lo hace. Algunos individuos con tricotilomanía podrían no presentar la situación antes descrita, ya que no se dan cuenta de que se están arrancando el cabello, o bien, pueden negar dicha condición.
Existen hipótesis que señalan que la tricotilomanía podría ser un trastorno obsesivo-compulsivo, como la onicofagia y la dermatilomanía. Dichas condiciones comparten características clínicas, genéticas, y, probablemente, respuestas a tratamientos. Sin embargo, las diferencias entre la tricotilomanía y el trastorno obsesivo-compulsivo radican en los síntomas, función neurológica y perfil cognitivo. La tasa de pacientes con tricotilomanía con parientes que padecen TOC es mayor a la esperada por las probabilidades. Sin embargo, se han notado diferencias entre el padecimiento y el TOC, incluyendo edades clave, tasas de comorbilidad, diferencias de género, disfunción neurológica y perfil cognitivo. Cuando ocurre durante la niñez, la tricotilomanía puede ser confundida con una entidad clínica diferente. Como la enfermedad puede estar presente en múltiples grupos de edades, se divide en tres subgrupos para su estudio: preescolares, preadolescentes a jóvenes adultos y adultos.
La tricotilomanía no siempre ocurre en un estado consciente, pues puede suceder en un estado similar al de trance. Por lo tanto, se subdivide al padecimiento en automático y consciente, siendo el primero más frecuente en niños. Otros individuos pueden incluso crear rituales asociados al arrancado del cabello, incluyendo la búsqueda de tipos de cabello específicos como los de otro color o aquellos cuya raíz se nota mejor, para arrancar o arrancarlo hasta que se cree una sensación agradable o en respuesta a una sensación específica. Conocer el subtipo es clave para determinar las estrategias de tratamiento.

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Esquizofrenia


La esquizofrenia es un trastorno crónico y grave que afecta la forma de pensar, sentir y actuar de las personas. Aunque la esquizofrenia es menos común que otros trastornos mentales, puede ser sumamente incapacitante. Alrededor de 7 u 8 personas de cada 1,000 desarrollarán esquizofrenia en su vida.
Muchas veces, las personas con este trastorno escuchan o ven cosas que no están allí o piensan que los demás pueden leer su mente, controlar sus pensamientos o conspirar para hacerles daño. Esto puede aterrorizarlos y convertirlos en personas retraídas o extremadamente agitadas. También puede ser espantoso y molesto para las personas que los rodean.
Los síntomas de la esquizofrenia se dividen en tres categorías amplias: síntomas positivos, negativos y cognitivos.

SÍNTOMAS POSITIVOS:

Los síntomas positivos son comportamientos psicóticos que generalmente no se ven en personas sanas. Las personas con síntomas positivos pueden “perder el contacto” con la realidad. En ciertas personas, estos síntomas van y vienen, mientras que en otras, se mantienen constantes. A veces son graves, mientras que otras veces apenas se notan. La gravedad de los síntomas positivos puede depender de si la persona está recibiendo tratamiento o no. Los síntomas positivos incluyen las alucinaciones, los delirios, los trastornos del pensamiento y los trastornos del movimiento.
Las alucinaciones son experiencias sensoriales producidas en la ausencia de un estímulo. Pueden ocurrir con cualquiera de los cinco sentidos (vista, oído, olfato, gusto o tacto). Las “voces”, o alucinaciones auditivas, son el tipo más común de alucinaciones en la esquizofrenia. Muchas personas con este trastorno oyen voces.
Los delirios son creencias falsas que se mantienen firmemente a pesar de que no son consistentes con la cultura de la persona. Los delirios continúan incluso cuando hay evidencia de que no son verdaderos o lógicos. Las personas con esquizofrenia pueden tener delirios que parecen extraños, como creer que los vecinos pueden controlar su comportamiento con ondas magnéticas. También pueden creer que las personas que salen en la televisión les están dirigiendo mensajes especiales o que las estaciones de radio están transmitiendo sus pensamientos en voz alta a los demás.
Los trastornos del pensamiento son maneras inusuales o disfuncionales de pensar. Una de esas formas se llama “pensamiento desorganizado”. Esto ocurre cuando una persona tiene dificultad para organizar sus pensamientos o para conectarlos lógicamente, y puede hablar de una manera confusa y difícil de entender (lo que a menudo se conoce como “ensalada de palabras”). Otra forma se llama “bloqueo de pensamiento” o simplemente “bloqueos”. Esto ocurre cuando una persona deja de hablar repentinamente en la mitad de lo que estaba diciendo.
Los trastornos del movimiento pueden aparecer como movimientos agitados del cuerpo, algunos de los cuales se repiten una y otra vez. En el otro extremo, una persona con trastorno del movimiento puede llegar a ser catatónica. La catatonia es un estado en el cual una persona no se mueve y no responde a los demás. Hoy en día, la catatonia es rara, pero era más común cuando no existían tratamientos para la esquizofrenia.

SÍNTOMAS NEGATIVOS:

Los síntomas negativos están asociados con la interrupción de las emociones y los comportamientos normales. Estos síntomas son más difíciles de reconocer como parte de la enfermedad y pueden confundirse con la depresión u otros problemas. Entre los síntomas negativos se encuentran:
  • “Afecto plano” (disminución en la expresión de emociones a través del rostro o tono de voz)
  • Falta de satisfacción en la vida diaria
  • Dificultad para comenzar y mantener actividades
  • Reducción del habla
Las personas con síntomas negativos pueden necesitar ayuda con sus tareas diarias. Pueden descuidar la higiene personal básica. Esto puede hacer que parezcan perezosos o que no quieren ayudarse a sí mismos, pero esos comportamientos son síntomas de la esquizofrenia.

SÍNTOMAS COGNITIVOS:

Los síntomas cognitivos de la esquizofrenia son sutiles para algunas personas y más graves para otras. A veces los propios pacientes pueden notar cambios en su memoria u otros aspectos del pensamiento. Al igual que con los síntomas negativos, puede ser difícil reconocer que los síntomas cognitivos forman parte de este trastorno. Con frecuencia, solo se detectan cuando se realizan pruebas específicas. Los síntomas cognitivos incluyen:
  • Deficiencia en el “funcionamiento ejecutivo” (capacidad para comprender información y usarla para tomar decisiones)
  • Problemas para concentrarse o prestar atención
  • Problemas con la “memoria operativa”, también conocida como “memoria de trabajo” (capacidad para usar información inmediatamente después de haberla aprendido)
Una cognición disminuida se relaciona con peores resultados laborales y sociales, lo que puede causar angustia a las personas con esquizofrenia.

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¿Que es una enfermedad mental?


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la SALUD es “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.»

La SALUD MENTAL se define así como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.

La ENFERMEDAD o EL TRASTORNO MENTAL es una alteración de tipo emocional, cognitivo y/o comportamiento, en que quedan afectados procesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje, el lenguaje, etc. Lo que dificulta a la persona su adaptación al entorno cultural y social en que vive y crea alguna forma de malestar subjetivo. (Ref. La “Guía de estilo” de FEAFES, la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y personas con enfermedad mental).

No es fácil establecer una causa-efecto en la aparición de la enfermedad mental sino que son múltiples y en ella confluyen factores biológicos (alteraciones bioquímicas, metabólicas, etc.), factores psicológicos (vivencias del sujeto, aprendizaje, etc.) y factores sociales (cultura, ámbito social y familiar, etc.) que pueden influir en su aparición.

Fuente: AVIFES

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TID (Trastorno de Identidad Disociativo)

Documental (subtitulado) sobre Gretchen, una mujer con TID (Trastorno de Identidad Disociativo):




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Trastorno de Identidad Disociativo













Desde El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde hasta Psicosis o El club de la lucha, pasando por el personaje de Gollum de El señor de los anillos e incluso el personaje interpretado por Jim Carrey en la comedia Yo, yo mismo e Irene, se cuentan por decenas las obras que han usado el TID como inspiración debido a lo llamativo de su sintomatología. 
Es por este tipo de divulgación que la personalidad múltiple es uno de los trastornos psicológicos más conocidos, si bien no uno de los mejor entendidos, ni siquiera dentro del mundo de la Psicología, en el que hay una importante controversia con respecto a la misma existencia de este trastorno como tal.

Síntomas del Trastorno de Identidad Disociativo

La cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV) define el TID como «la presencia de dos o más identidades –raras veces más de diez- que toman el control de la conducta de una persona de forma recurrente, teniendo cada una de ellas recuerdos, relaciones y actitudes propios». En general, las distintas identidades no recuerdan lo experimentado por el resto, por lo cual no son conscientes de su existencia, si bien esto no siempre es así. El cambio entre personalidades suele producirse como consecuencia de estrés.
La personalidad primaria (o la “real”) tiende a ser pasiva y depresiva, mientras que el resto son más dominantes y hostiles. Son las identidades más pasivas las que manifiestan amnesia en mayor medida y, en caso de que sean conscientes de la existencia de las personalidades más dominantes, pueden ser dirigidas por estas, que incluso pueden manifestarse en forma de alucinaciones visuales o auditivas, dando órdenes a las demás identidades.
En la actualidad, tanto en el DSM como en la Clasificación internacional de enfermedades (CIE-10), el TID se categoriza dentro de los trastornos disociativos, es decir, aquellos que se producen por fallos en la integración de la conciencia, la percepción, el movimiento, la memoria o la identidad (en el caso de la personalidad múltiple, la desintegración se daría en todos estos aspectos) como consecuencia directa de traumas psicológicos.

Causas del Trastorno de Identidad Disociativo

Es esta relación con experiencias traumáticas lo que vincula el TID con el trastorno de estrés postraumático, que se caracteriza por la presencia de ansiedad y reexperimentación (mediante pesadillas o flashbacks) tras sucesos que ponen en peligro la vida, como abusos sexuales o catástrofes naturales. Un elemento de particular interés en este caso es el hecho de que el trastorno de estrés postraumático puede incluir síntomas disociativos, como la falta de recuerdo de aspectos importantes del suceso traumático o la incapacidad para experimentar emociones. 
Estos síntomas se conciben como una protección contra sentimientos de dolor y terror que la persona no es capaz de manejar adecuadamente, lo cual es normal en los momentos iniciales del proceso de adaptación a la vivencia traumática, pero que en el caso del estrés postraumático se vuelve patológico al cronificarse e interferir en la vida de la persona.
Siguiendo la misma lógica, el TID sería una versión extrema del estrés postraumático de inicio en la infancia (Kluft, 1984; Putnam, 1997): experiencias traumáticas tempranas, intensas y prolongadas, en particular negligencia o abuso por parte de los progenitores, llevarían a la disociación, es decir, al aislamiento de recuerdos, creencias, etc., en identidades alternativas rudimentarias, que se irían desarrollando a lo largo de la vida, dando lugar progresivamente a un mayor número de identidades, más complejas y separadas del resto. Raramente se observan casos de TID con inicio en la edad adulta. Así, el TID no surgiría de la fragmentación de una personalidad nuclear, sino más bien de un fallo en el desarrollo normal de la personalidad que resultaría en la presencia de estados mentales relativamente separados que acabarían convirtiéndose en identidades alternativas.

Fuente: Psicológica y Mente

Documental (subtitulado) sobre esta enfermedad: Trastorno de Personalidad Múltiple

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Prosopagnosia



Consiste en enfermedad cerebral que afecta la 
percepción visual y dificulta el reconocimiento de rostros familiares y en general del entorno cercano; en algunos casos incluso quien lo padece llega a no reconocerse a sí mismo en el espejo.
Según especialistas, este trastorno puede deberse a lesión en una zona específica de la corteza cerebral como consecuencia de ataques cerebrales, trombosis, accidentes, traumatismos en la cabeza o demencia, o bien, puede ser genético, es decir de nacimiento.

Aunque la incapacidad de reconocer rostros es la característica de este trastorno, en algunos casos se pueden percibir los rostros de familiares o amigos cercanos, siempre y cuando tengan algo que les caracterice extremadamente. Ciertos pacientes pueden percibir con mayor claridad, aun cuando sea en forma borrosa, los rostros de las mujeres y no los de los hombres, y viceversa.A pesar de que los sujetos que padecen este trastorno pueden identificar los órganos que se encuentran en el rostro, son incapaces de recordar su ubicación exacta dentro de éste.Quien padece de prosopagnosia puede recordar, de la misma manera que cualquier otra persona, quiénes son sus amigos, familiares y personas con las que se relaciona, incluso recuerdan el cabello y los tonos de la piel, los aromas, la voz y todo lo que en general se denomina “contexto” de la persona; sin embargo, no pueden ver o comprender el rostro de las personas, aunque sí pueden reconocer gestos y emociones.

Existen dos tipos de prosopagnosia
·         Prosopagnosia apercitiva. Se caracteriza por la incapacidad de reconocer cualquier rostro, incluso de desconocidos. El paciente sabe que ve la cara de alguien, pero es incapaz de analizar la estructura de la misma y de recordar la identidad de la persona, incluso no le causa sensación de familiaridad. 
·         Prosopagnosia asociativa. El paciente puede deducir quién es tal persona por la forma de su cabello o peinado, ropa, si usa gafas, al escuchar su voz, pero no puede reconocer el rostro. Aunque es capaz de identificar sexo, edad, raza y en general construir buena imagen facial, no recuerda a las personas al verles a la cara, sino al asociar rasgos característicos del resto del cuerpo de la persona.
En síntesis, podría decirse que la prosopagnosia es la incapacidad de reconocer rostros y asociarlos con alguna persona.















Animación del área fusiforme, la zona dañada en la prosopagnosia.

Fuentes: Wikipedia


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